En una desafortunada alocución, el Ministro de Educación de la Nación Esteban Bullrich comparó a la educación con la avanzada del ejército argentino denominada “campaña del desierto” sobre territorios de pueblos originarios. Un episodio histórico que aún causa dolor por tratarse de un genocidio que tiene consecuencias hasta el presente.
Afirmó: “esta es la nueva Campaña del Desierto pero sin espadas, con educación”… “Sin profesionales que multipliquen lo que hacemos, no sirve de nada porque no estaríamos poblando este desierto”
¿ A que desierto se refiere el Ministro ?
Sin dudas se trata de un tema que no desconoce, mucho menos desde la lógica de los “triunfadores” de este dramático episodio de nuestra historia. Su familia fue una de las que se beneficiaron con la avanzada de Julio A. Roca.
Inmediatamente, las críticas hacia el Ministro se diseminaron. Tuvo que aclarar una y otra vez. También se vio obligado a mostrar una cierta “empatía” contemporánea. “Me refiero a ese proceso histórico, del avance en un territorio que no estaba conquistado, ocupado. Ahora, a partir de una construcción distinta con la educación, los pueblos originarios tienen que ser reconocidos, hay que trabajar con ellos para que haya una cultura común y no la aniquilación para que (una cultura) predomine”, intentó enmendar.
La llamada “Campaña del Desierto” fue un genocidio planificado. Se optó por esa opción desdeñando otras formas posibles de convivencia pacífica y respetuosa con pueblos originarios. En esa avanzada fueron asesinados miles de nativos, fueron torturados, encarcelados, o llevados como mano de obra prácticamente esclava, familias enteras fueron separadas, robados sus hijos e hijas y usados como siervos de casas acomodadas de la capital.
El Ministro al definir a la educación en términos de la “campaña del desierto” la coloca, lamentablemente en un sitio incómodo de la memoria colectiva, un sitio que tiene en un lugar central el avasallamiento de un pueblo y de todos los derechos humanos que se puedan enumerar. Un hecho que todavía no ha tenido una completa reparación.
Lo más lamentable es que reedita un discurso desde el Estado, que tiene un hilo en la historia , y es la hegemonía de una cultura centralista porteña europeizante por sobre cualquier esbozo de construcción de interculturalidad descolonizante que nos de herramientas de convivencia pacífica e inclusiva de la diversidad étnica.
Lamentablemente fue el Ministro de Educación quién manifiesta desconocer significados y significantes de nuestra Patagonia, de nuestra cotidianeidad, y de nuestro intento de construccion colectiva de una verdadera interculturalidad, erigiéndose en vocero circunstancial de una segunda oleada de conquistadores.