El viernes 21 en la sede la Defensoría del Pueblo de Bariloche se realizó una mesa de diálogo para intentar encausar la crisis que atraviesa la Escuela de Jóvenes N° 3 de la ciudad. Con presencia de la Defensora del Pueblo, Dra. Andrea Galaverna, el Área de Mediación Comunitaria de esta institución, representada por Ingrid Küster; la Directora del Establecimiento, Patricia Martínez, docentes, alumnos/ as y padres; referentes de la Delegación de la Secretaría de DDHH y UNTER, y la Delegada del Concejo de Educación, Marta Corvalán, se realizó un primer encuentro que continuará el 4 de junio.
La Delegada del Consejo expuso los trámites que está efectuando desde hace meses para conseguir un establecimiento apropiado para esta Escuela y las dificultades que lograrlo. La comunidad educativa denunció que viven una situación que calificaron de “discriminatoria” y que desvirtúa el programa por el cual fue creada esta modalidad educativa que intenta reinsertar a jóvenes en el sistema educativo.
Corvalán pidió unos días más para ver algunos edificios y anunció que Obras Públicas se puso a disposición para hacer las refacciones necesarias puesto que la Delegación sólo maneja un fondo de 11. 000 pesos.
La Directora narró el derrotero de esta Escuela, explicó que la comunidad educativa siempre transitó por el camino del diálogo para intentar resolver crisis que se presentan, con el afán de dar el ejemplo a alumnas y alumnos, motivo por el cual aceptó la propuesta de la Defensoría, pero advirtió que en pocos días va a fenecer el acuerdo con la Escuela 45, que hay chicos que hace tres semanas no tienen clases y que la incertidumbre afecta de manera severa el proceso educativo y al cuerpo docente. “Es muy difícil sostener la planificación cuando no se sabe qué va a pasar con nosotros?”, afirmó.
Un padre solicitó a la Defensoría una “guía de cómo proceder” para dar continuidad a este proyecto tan importante para la comunidad y pidió especialmente mantener el turno tarde, horario que tiene el objetivo de evitar otra deserción en los chicos/as. “Si cambiamos el horario- advirtió la Directora- tenemos que cambiar el proyecto educativo”.
La Defensora del Pueblo de Bariloche ofreció el acompañamiento en este proceso, en vista a que jóvenes de la ciudad ven afectado su derecho a la Educación y se sienten discriminados, no sólo por la grave situación de no tener escuela, sino porque “desde que se inició este proyecto estamos atentas y atentos y nos constan las dificultades y las interrupciones que han afectado el proceso educativo, nos consta que no tienen ningún tipo de recurso didáctico como las que tienen otras y otros jóvenes de la ciudad”.
La Directora del Establecimiento agradeció el gesto, y destacó la buena predisposición de la Delegada de Educación Marta Corvalán, pero solicitó respuestas concretas.
Se acordó en este encuentro que se convocará el 4 de junio a una reunión ampliada con Supervisores, directores de todas las escuelas que funcionan el Edificio del 45 (Escuela 77 y Plan Fines); UNTER se comprometió a revisar resoluciones referentes a edificios compartidos, debido a las dificultades que se presentaron. En esta oportunidad se solicitará reformar el acta firmada con autoridades de la Escuela 45 a fin de que no tenga plazos, en tanto se busca una solución edilicia definitiva.
El Proyecto de las Escuelas de Jóvenes de Río Negro
La Escuela Secundaria para Jóvenes N°3 de San Carlos de Bariloche no tiene edificio escolar. Fue creada en el año 2013 y nunca tuvo un lugar propio, ni elementos imprescindibles para ejecutar el proyecto pedagógico.
Recordamos que el Consejo Provincial de Educación creó mediante Resolución N° 139, en febrero de 2013, “con carácter de experiencia educativa, la propuesta denominada ´Escuela Secundaria de Jóvenes´”; que este tipo de escuelas fueron proyectadas para su localización en Bariloche, Cipolletti, General Roca, Villa Regina, San Antonio Oeste y Viedma.
La Escuela para Jóvenes, como la palabra lo indica no es una escuela de adultos, está destinado especialmente a satisfacer la demanda de un sector importante de la población joven que tiene entre 16 y 21 años que por diferentes motivos -gran parte de ellos traumáticos- ha tenido que interrumpir su escolaridad y quieren completarla o iniciar su secundaria.
Se estima que en Bariloche hay unos 1000 jóvenes comprendido en esa franja etaria y que es esa población objetivo que se busca reingresar en el sistema. Actualmente la escuela tiene un tercer año; dos primeros años, dos segundos años y hay chicas y chicos en lista de espera para ingresar. El plantel docente consta de veinticinco profesores.
Se trata de un proyecto diferente, con características especiales en el que componentes como motivación y estabilidad son imprescindibles para que alumnas y alumnos transiten sus años de secundaria y esta experiencia de modo positivo.
Pero el objetivo que inspiró este proyecto educativo es, hasta la fecha, difícil de alcanzar. Aunque cuenta con un grupo humano de personas que pone todo de sí para que esta experiencia sea fiel al espíritu de la norma que la creó, carece de las condiciones objetivas concretas para funcionar. En 2013 el curso lectivo comenzó el 31 de julio, en una escuela prestada, la escuela Antu Ruca. Allí, después de un año y medio se los desalojó de la escuela. Esto ocurrió en Febrero de 2015. El Ministerio de Educación decidió reubicar a la Escuela en el edificio del CEM N°45, provocando el inmediato rechazo de un grupo de padres, quienes para evitarlo interpusieron un Recurso de Amparo. A pesar de ellos,, se acordó ceder unas aulas de modo provisorio tras un acuerdo firmado el 25 de Febrero, donde el Ministerio de Educación prometió, entre otras cosas, que en mayo estaría alquilado un edificio propio para la Escuela de Jóvenes.
En momentos en que se presenta en la ciudad el Plan Nacional de Inclusión Educativa que busca “articular la enseñanza de las tecnologías de la Información y la Comunicación en todos los niveles de la enseñanza pública”, los jóvenes que asisten a esta escuela denunciaron que “no nos sentimos incluidos, que fuimos marginados, y se violentan en esta comunidad educativa, los principios de derechos humanos básicos de igualdad y no discriminación porque no contamos con una escuela del siglo en el que habitamos; no sólo porque nunca tuvimos computadoras ni conexión a internet, ni ningún tipo de elementos o material didáctico provisto por el Ministerio de Educación, sino algo más grave, porque somos una escuela sin escuela”.
Ver video: https://youtu.be/3HLMpDzysH8