En el Día internacional del trabajador y de las trabajadoras, invitamos a una reflexión vinculada a un colectivo de personas que no pueden gozar de un empleo, las personas con discapacidad. Nuestro especialista en la materia, Dr. Sebastián René Vázquez, comparte su opinión.
Las personas con discapacidad y el derecho al trabajo
Actualmente según datos de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) más del 80% de las Personas con Discapacidad están desempleadas y existe una tasa de actividad del 30%- la mitad que en el resto de la población lo que refleja que un alto porcentaje de personas teniendo la edad para trabajar, ya ni siquiera busca empleo”.
Argentina no es la excepción a esta tasa de desempleo. Confirma la regla y para ello se aferra criterios de producción que definen a las Personas con Discapacidad como algo ajeno a todo proceso productivo, que no es capaz de producir ganancias.
La OIT también promueve la idea de que integrar a las personas con discapacidad en el trabajo es positivo para el empleo y el crecimiento económico y también para la sociedad en general.
«La contratación de personas con discapacidad no es un tema de filantropía o caridad sino una cuestión de que es bueno para los negocios. Una empresa abierta a la inclusión y diversidad también lo es a las nuevas ideas, a la innovación, la generación de ambientes de trabajo positivos y la posibilidad de fidelizar empleadores, clientes, consumidores y nuevos mercados», afirma.
Las barreras y los obstáculos
El desconocimiento es el principal obstáculo para que las personas con discapacidad accedan al mercado laboral y tengan una vida normal y, además, ello genera mitos, miedos y prejuicios.
Sin obviar la existencia de barreras físicas y culturales que impiden avanzar más rápido, como por ejemplo situaciones como el transporte y los obstáculos urbanísticos, que afectan el normal desplazamiento de las personas con discapacidad.
El acceso al trabajo,la salud, y la educación no son sólo procesos sociales comunes ,derechos universales; sino también, mecanismos de dignificación. Cuando a alguien se le niega la posibilidad de trabajar se le niega la posibilidad de ser digno. Esto último rompe con la premisa internacionalmente reconocida la cual sostiene que “la pobreza genera discapacidad y la discapacidad genera pobreza”.
En la Argentina actual, a pesar de los esfuerzos por garantizar la igualdad de derechos de todos los ciudadanos; el acceso al empleo de personas con discapacidad continúa siendo una deuda.
En relación a políticas de empleo se hace necesario enunciar su relación con la noción de autonomía. Desde el derecho, concebida como una herramienta efectiva que garantiza la vida independiente, dando especial relevancia a situaciones tales como: entornos accesibles, asistencia personal, la disponibilidad de apoyos para el desarrollo de la vida diaria, etc. Desde lo ideológico, como la posibilidad de decidir nuestro plan de vida, como vivimos, con quién vivimos, etc. Todo esto resulta pendiente y se ve diezmado si las Personas con Discapacidad no allanamos nuestro camino hacia el trabajo.
A pesar de que podemos ver que existen distintas expresiones legales que intentan apuntalar el empleo de las personas con discapacidad, éstas se vuelven mayoritariamente una expresión de deseo si las personas con discapacidad y sus familias, y todos aquellos quienes se encuentran involucrados en la temática, no construimos exigimos y nos comprometemos con hacer el cambio. Pensar hoy para hacer el cambio. Preguntarnos ¿Qué queremos? ¿Qué tenemos? ¿Hacia dónde vamos? Saber que tenemos derechos, queremos dignidad y vamos a conseguirla.