El Consejo de Adicciones de Bariloche, del cual participa la Defensoría del Pueblo de la ciudad, expresó su posición en relación al decomiso de bebidas en un hotel en el que se alojaba un contingente de estudiantes a cargo de adultos, entre ellos un juez, quien no sólo intentó impedir la inspección establecida por el normativa local sino que denunció al municipio.
«Las reglas de juego las ponemos los adultos»
La situación sucedida recientemente con un contingente estudiantil, en la que padres de un grupo de estudiantes egresados hicieron una denuncia contra el municipio luego de una inspección en su hotel en la que se encontraron gran cantidad de bebidas alcohólicas nos hace pensar y poner en discusión algunos elementos que, a nuestro entender, son centrales. Las preguntas que surgen son: ¿Qué lugar debemos ocupar los adultos en relación a este tema? ¿Cuál es nuestra responsabilidad? ¿El consumo problemático es sólo responsabilidad de l@s adolescentes?
En primer lugar nos parece importante remarcar que el consumo de bebidas alcohólicas de manera problemática no es patrimonio exclusivo de l@s adolescentes y jóvenes, pero sin lugar a dudas son la población que más preocupa en relación a diversos tipos de riesgos a los que se exponen. El lugar que ocupa el consumo de alcohol en la sociedad ha cambiado a lo largo del tiempo y ha mutado cada vez más hacia un consumo episódico y excesivo, vinculado al espacio nocturno. De esto no son ajenos l@s adolescentes. De hecho es una de las poblaciones que más involucrada se ve en este cambio.
En este punto debemos ser claros, somos las y los adultos los responsables de poner las reglas del juego desde cualquier lugar que ocupemos. Claramente existen diferentes niveles de responsabilidad, pero todos y todas tenemos incumbencia en el tema. Lo que es cierto es que somos los adultos los que hacemos las publicidades que venden las bebidas, los que hacemos las leyes y ordenanzas que regulan lo permitido y lo prohibido, los que instalamos la “necesidad” de ser de tal o cual manera a los adolescentes a través de tentadoras ofertas, los que consumimos también en exceso, los que conducimos habiendo consumido, los que conciente o inconcientemente habilitamos los consumos, etc, etc. Somos los padres y madres los que establecemos para nuestros hijos e hijas los límites de lo que “está bien” y lo que no, y los que en muchas oportunidades somos inconsistentes con nuestro accionar. L@s adolescentes se desenvuelven, crecen y se vuelven adultos en ese contexto. Y l@s adultos naturalizamos ciertas prácticas en determinados grupos y contextos y las demonizamos en otros.
Esta contradicción hay que ponerla en discusión y también hay que discutir las “naturalizaciones” referidas al consumo de alcohol entre l@s jóvenes. En eso se basa el trabajo de prevención con adolescentes y jóvenes. Pero lo que como adultos no podemos dejar de preguntarnos es de qué manera nos hacemos “adultos responsables” de esta situación. Responsables en lo individual y también en lo colectivo.
Firma:
Consejo de Prevención de las Adicciones de San Carlos de Bariloche