Ante esta nueva situación que nos toca transitar, ocasionada por el contexto de pandemia del Covid-19 decretada por la OMS, observamos nuevos escenarios y situaciones que nos obligan a trabajar con nuevos paradigmas.
Uno de ello, tiene que ver con el rol del Estado ante el diseño de políticas públicas.
A las Defensorías del Pueblo toda esta situación nos interpeló a actuar de manera urgente y permanente en el cuidado de esos avances en materia de contenciones sociales y económicas que se iban demandando desde los diversos sectores de la sociedad y desde el Ejecutivo Nacional se fue escuchando y trabajando en su ejecución.
Fueron un sinnúmero de reclamos de los temas más diversos, y cada uno de ellos con el correr de los días fue vehiculizando resultados y respuestas. Por supuesto que esto continúa, y hay que seguir trabajando en ello.
En Argentina Dios nos dio tiempo para que nos podamos organizar. Desde el gobierno se pudieran convocar Comités de Expertos para asesorarse y diseñar planificaciones fundamentadas en resguardo de la salud de toda la población en su conjunto, y por el otro un alto porcentaje de la población cumplió de manera responsable y solidaria su aislamiento social preventivo y obligatorio, lo que nos permitió ir ralentizando el ascenso en la curva de contagios, y así ganar tiempo para equiparnos y concientizarnos.
Como Defensoría del Pueblo nuestra función es cuidar los límites institucionales, legales y democráticos de las medidas que se diseñan desde el Estado en pos de trabajar para prevenir vulneraciones de derechos.
Y desde este lugar observo un Estado Nacional responsable, con sensibilidad social y vocación de servicio, y observamos una ciudadanía madura, comprometida con el cuidado propio y hacia el prójimo.
Y entre las partes se va trabajando y requiriendo la idea de un Estado activo, presente, responsable en dar respuestas inmediatas, mediatas y más a largo plazo, a los diferentes sectores: a los más desprotegidos por el sistema, a los excluidos, como así también a los sectores productivos y de la industria que sostienen las fuentes laborales y productivas.
Seguimos ante un gran desafío cotidiano, cuidar al prójimo, cuidarnos y seguir diseñando política en pos de una sociedad que pueda atravesar este contexto de pandemia con los menores costos.
Pero también toda esta situación nos trajo a la superficie temas que debemos poner en la agenda pública y trabajar desde los estamentos competentes.
Queda en claro la necesidad de trabajar en una reforma tributaria integral, debemos dejar de aplicar un sistema regresivo de impuestos y buscar aplicar un sistema progresivo, que grave más a los que más tienen, y así consolidar un sistema tributario más equitativo, y que se pueda trabajar en una distribución más equitativa de la riqueza.
Y en cuestiones de contraer obligaciones con organismos internacionales, diseñar criterios más restrictivos y rigurosos a la hora de permitir contraer esas obligaciones como Estado Nacional.
Estos son pequeñas reflexiones que emergen de todo el devenir de estas semanas complejas, difíciles, atípicas, pero que considero en términos esperanzadores, ya que se puede trabajar en temas de inclusión, distribución más equitativa de la riqueza y planificación socioeconómica con una mirada más humanitaria.
Dra. Beatriz Oñate
Defensora del Pueblo de San Carlos de Bariloche
Fuente: Identidad Colectiva