La Defensoría del Pueblo de Bariloche repudia la violencia en todos sus formas. Durante los últimos días, ciudadanas y ciudadanos fueron denunciadas expresiones racistas, xenófobas y sexistas; fuimos testigos de violencia verbal y violencia física en el ámbito del Concejo Municipal, que condenamos en todos su términos.
El 10 de diciembre celebramos el Día de la restauración de la Democracia y el Día de los DDHH. Recordamos el día que asumió el presidente Raúl Alfonsín, oportunidad en que el país retomó la senda de la Democracia y el Estado de Derecho, luego de años de Dictadura cívico militar, la más sangrienta de las tantas del siglo XX. Mediante una Ley se decidió recordar el día de la restauración de la Democracia en coincidencia con el Día Internacional de los DDHH.
Constituye un proceso de madurez contar 32 años ininterrumpidos de democracia, y es motivo de orgullo que por primera vez en la historia, este 9 de diciembre cerrara un ciclo de tres gestiones consecutivas de un gobierno democrático con una celebración y en paz, hecho inédito en la historia Argentina.
Estos días en los que nuestra ciudad, nuestra provincia y el país renovaron sus autoridades y estructuras de poder, es necesario poner en lo más alto de nuestras aspiraciones, la defensa de la Constitución Nacional, la Constitución Provincial, la Carta Orgánica Municipal y todos y cada uno de los Derechos Humanos, para que ellos impregnen toda práctica política y todas nuestras relaciones de ciudadanos y ciudadanas maduros. Pero también resulta fundamental tener al diálogo y al debate como las sendas indispensables para la resolución de los conflictos.
La violencia en todos sus términos, canalizadas a través de expresiones peligrosas por la carga de intolerancia y simbolismo que conllevan; tanto las expresiones de violencia física, especialmente hacia concejalas, ocurridos el día de la fecha, no constituyen valores ni democráticos ni republicanos, son la síntesis del odio y la cristalización de estereotipos que perpetúan la exclusión y la desigualdad; expresiones reñidas con la ética, y la perspectiva de los derechos, condición fundamental para el ejercicio del poder de representación ciudadana.
Es imprescindible el diálogo, única herramienta posible para transformar la realidad. Y el diálogo debe garantizar la oportunidad de expresión y la capacidad de escuchar y de ser escuchados/as. “La violencia gira en redondo”, afirmaba Franz Fanon en su libro Los Condenados de la Tierra, por lo tanto llamamos a la cordura, para no quedar atrapados en un círculo que impida avanzar y de ese modo honrar la democracia que tanto nos costó construir.