En el marco de la Bariloche Semana de Acciones por los Derechos de las Mujeres, el 27 de noviembre último disertó el Juez Carlos Rozanski- titular del Tribunal Federal N° 1 de La Plata– sobre “Justicia y Género”. La normativa que no se cumple, el poder judicial que resiste a su aplicación, lo que hay detrás de las sentencias que pisotean derechos de las mujeres, los recursos que tenemos como sociedad para provocar cambios y aspectos que hay que abordar como “el cuestionar el equilibrio emocional de las mujeres víctimas. Tratar de loca a la denunciante es inequívocamente parte de la estrategia y no se trabaja en desarticular esa estrategia, hay que trabajar en desenmascararla”. Transcribimos una síntesis de su conferencia.
Buenas tardes, no voy a decir todos y todas porque cada vez que hablamos de estos temas tendríamos que ser más rigurosos, más allá de que aquí haya un par de varones, la realidad es que esta proporción es eterna aquí y en el resto del país y en cualquier país de Latinoamérica. De eso sólo podríamos hablar una hora y media, de dónde está el verdadero origen de por qué en cualquier ámbito de discusión, de capacitación o de análisis sea de leyes, acciones, trabajo, esta ausencia masculina. No es sorpresa que no haya varones, es un indicador en sí mismo, sino que una vez más (hace mucho que no estoy en Bariloche, donde viví 13 años), no conozco a todos los integrantes de las justicia pero tampoco me extraña que incluso en eventos organizados por la justicia, aquí y en el exterior, que me pasó llegar y que no haya nadie de la justicia. Es muy loco, pero es así.
La convocatoria de hoy era para pensar “Género y Justicia”, y vamos a ver que por la trascendencia que tiene y sobre todo por la responsabilidad que tiene como poder del Estado, es paradojal que en capacitaciones que involucramos a la Justicia no participen miembros del poder judicial, sobre todo jueces y fiscales. Si es el poder del Estado que debe garantizar que las leyes se cumplan y los grandes ausentes en instancias de debate y capacitación son los responsables de aplicar esas leyes, hay dos posibilidades: una es que no lo necesiten, en ese caso sería cierto que son dioses como muchos creen; o no les interesa. Las dos cosas son malas.
Impunidad como dato
Hablábamos de la proporción de varones y mujeres que asisten a estos espacios, también tenemos que recordar que también se repiten las quejas a lo largo de los años: hay una similitud en problemáticas y hay una proporción similar de impunidad, que es llamativa, es impresionante.
Hablamos en Bariloche alguna vez de esa impunidad en relación al abuso infantil, pero la cifra vale igual porque en Argentina se esclarecen con suerte el 1, el 2 o el 3% de delitos en general. Si ustedes tienen en cuenta que en el caso de la violencia de género y en el caso de abuso infantil, los hechos que se denuncian son un porcentaje, la proporción es geométrica; si se esclarece el 1% es porque en realidad es menos, porque estamos hablando del 1% de lo que se denuncia. Con lo cual, tenemos uno de cada mil, es una cuestión muy seria por muchas razones. Yo mencionaba aquí lo que decía Freud quien afirmaba que el ser humano es el único capaz de realizar cualquier delito si sabe que puede cometerlo sin castigo, y esto ha venido sucediendo en todas las sociedades. Por otra parte no hay estadísticas y no es causal que no las haya o que haya poco porque hay pocas denuncias. En este sentido no es muy alentador. Por eso celebro que realicen sensibilizaciones como estas, porque la magnitud del problema es gigantesca.
Hablamos de Justicia y Género, hablamos de leyes y de quienes interpretan esas leyes, los que hacen protocolos de actuación, etc. Michael Foucault define al derecho como productor de verdad, eso lo he utilizado en sentencias.
Yo interpreto que si el derecho no sirve como productor de verdad, no sirve para nada, porque la norma no tendría sentido. Por eso me pregunto qué pasa cuando nosotros sentimos que no produce verdad y qué sentimos cuando produce verdad. Siempre me acuerdo un juicio que hice acá en Bariloche, un juicio de homicidio, nevaba, estaba la sala vacía, el acusado, dos o tres familiares de este acusado y al fondo los familiares de la víctima, un chico joven. Ellos vivían en El Bolsón, gente humilde, no abrieron la boca en todo el juicio, sólo lo miraban al acusado. Se condenó al homicida, se terminó el juicio y se fueron. Me quedó la secuencia. Imagen del sentido reparador. Ellos no insultaron al victimario, no le dijeron nada de nada. Ni hablaron con los jueces, ni con el fiscal. Ellos necesitaban ver la escena de la justicia, la justica en sí misma es reparadora, si no volvemos a la venganza.
Los cambios en el poder judicial son posibles
La parte llena del vaso es que los cambios son posibles. Devolverle la vida a ese joven es imposible, pero que la justicia funcione es absolutamente posible; que lo veamos difícil es otra cosa, pero es posible, no tengo la menor duda, y lo quería decir de entrada, para que no sientan que todo es un bajón total.
Argentina no tiene ningún problema de legislación. Argentina es uno de los países del mundo que tiene mejores leyes, hoy en el artículo 75, inc. 22 tenemos las Convenciones de DDHH, eso sólo es una enormidad desde el punto de vista jurídico. Porque al tener la máxima jerarquía legal, el contenido de estas Convenciones además de ser obligatoria para todas las que están debajo, está dejando sin excusas al que no haga lo correcto.
Supongamos que una ley inferior, Código Penal, Código Procesal Penal, se haya olvidado de algo, tenga alguna cosa oscura, con las Convenciones dejar de hacer lo correcto es imposible. Y tiene su responsabilidad, porque el que no interpreta esto está violando sus deberes.
Vamos a ver lo que le pasa por la cabeza a quién está aplicando esas leyes, que es fundamental porque la Ley solita no alcanza. Desde la segunda guerra mundial hubo cambios a partir de lo que fue el Holocausto, que se fueron traduciendo en distintas normativas. La CEDAW (Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer,sancionada en 1979 y que comenzamos a aplicar en el país en 1981), está en la Constitución, es decir 35 años atrás y superada con Belem do Pará, viene de esa época. A esta normativa agrego otra de 1985 (40/34), una Resolución de Naciones Unidas relacionada a las víctimas. “Se entenderá por víctimas, las personas que individual o colectivamente hayan sufrido daños, incluidas lesiones físicas, mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera y menoscabo de derechos fundamentales como consecuencia de acciones y omisiones que violen la legislación penal de los estados miembros, incluida la que proscribe el abuso de poder.”
Este primer artículo no está sólo definiendo, está incluyendo la violencia emocional, es decir que no la descubre Belém do Pará, esto es anterior.
Pero es importante el dato cronológico, si hace 30 años esto estaba tan claro no puede ser que 30 años después estemos discutiendo si tiene que tener la vagina destruida para que haya habido violencia porque estamos desconociendo cosas elementales. Entonces, tenemos que preocuparnos para saber qué le pasa al que interpreta eso. Que porque no vio ese tipo de violencia y que parece que la única clase de violencia que entiende es la física, bueno, hay que ver qué hay detrás de eso.
Sigamos con la resolución de Naciones Unidas, en el título Acceso a Justicia y Trato Justo: 4. “Las víctimas serán tratadas con compasión y respeto por su dignidad. Tendrán derecho al acceso a los mecanismos de la justicia y a una pronta reparación del daño que hayan sufrido, según lo dispuesto en la legislación nacional. 5. Se establecerán y reforzarán, cuando sea necesario, mecanismos judiciales y administrativos que permitan a las víctimas obtener reparación mediante procedimientos oficiales u oficiosos que sean expeditos, justos, poco costosos y accesibles. Se informará a las víctimas de sus derechos para obtener reparación mediante esos mecanismos”. Esto lo decía Naciones Unidas hace 30 años ¿qué parte de esto los jueces no leyeron? ¿Qué parte de esto no es obligatorio para los jueces? ¿Qué parte de esto no es motivo para echar a un juez cuando no lo cumple?
Y de Belem, brevemente, define violencia como: “Para los efectos de esta Convención debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.
Y compromete a los Estados a varias cosas. Decía que Belem mejora cuestiones de redacción, pero en el fondo es lo mismo. Recuerdo que me invitaron a apoyar la reforma del Código Penal en lo referente a delitos contra la honestidad, lo leo y cuando llego a Buenos Aires al debate me dicen que habían hecho un agregado. ¿Saben cuál? ¡El avenimiento! Lo metieron por la ventana. Yo dije que era peor que lo que buscaban reformar. Los términos en que estaba escrito era “penetración por cualquier vía”, dije que no estaba de acuerdo en poner “por cualquier vía”, parecía obvio pero no lo era. Agrego es esto el fallo vergonzante de Neuquén, una violación de una nena por parte de un vecino (Comisario retirado). La nena tuvo una criatura a los 11 años (con una ADN que demostró que el bebé era de ese hombre). Los canallas del tribunal, en un “esfuerzo intelectual” analizaron el dato que decía que el hombre se justificaba porque tenía “un pene torcido”. Este tribunal hace un análisis y concluyen que no hay un 100% de seguridad científica de que para que haya embarazo tenga que haber penetración. Yo titulé el fallo “espermatozoides caminadores”.
El nivel de perversión que alcanza el fallo es increíble. Hablan de la joven, la menor, cuando- además- es una nena y dicen que no descartan que la niña se haya excitado para lograr lubricación suficiente para que los espermatozoides lleguen. ¿Echaron al día siguiente a estos jueces? ¡No!. Ese fallo exterioriza un sistema de pensamiento perverso. Conclusión, les sirvió el perverso argumento para demostrar que se trataba de “abuso deshonesto”, eso era igual que tocarle la cola, resulta que para ellos es igual eso que “hacerle un hijo”, como dicen ellos. El hombre no fue preso.
Pero volvamos, el problema es quién interpreta la ley, quien también está atravesado por esta cuestión cultural. Si no hay cambios en los patrones culturales después de tantos años, se trata de un compromiso social, evidentemente hay que hacer un esfuerzo especial para hacer entender a una sociedad que no puede sostener jueces de esa calaña.
Retomo, hablaba del altísimo porcentaje de impunidad que existe en los delitos que nos convocan. ¿Por qué podemos tener ese índice de impunidad tan alto siendo que nosotros como comunidad conocemos el fenómeno?, conocemos por qué pasa, hasta conocemos al violento, ni siquiera son anónimos, fíjense qué grave. Le estamos dando al que tiene que investigar y sancionar quién es, cuando en otro tipo de delitos llevan máscara. Acá le decimos es éste, dato que para los jueces y juezas es fundamental, y si no conocemos y mostramos ¿por qué la impunidad? Hay algo que nos estamos comiendo en el camino. No es difícil saber por qué pasa. Hoy repasábamos, sabemos cuáles son los principales obstáculos, si evidentemente una persona víctima de violencia hace la denuncia, cuenta qué le paso y dice quién se lo hizo y nada pasa, tiene que haber razones muy serias para que eso suceda. No son casualidades.
Los obstáculos:
Menciono dos que tienen que ver con obligaciones del Estado. Una de las obligaciones que hay que remarcar es la obligación de tener la perspectiva de género en la mirada que se tiene en la investigación. Esto es obligatorio, no es opción, y no se cumple. Yo en su momento con un juez de Lomas habíamos hecho un proyecto de resolución para que los fiscales tomaran esa perspectiva, miren qué fácil. No se aprobó.
Segundo obstáculo, tiene que ver con lo jurídico: es la cuestión del debido proceso. A mi entender, en la República Argentina no tengo duda que el debido proceso es absolutamente igual que el que se le debe a la víctima que al victimario. Menciono esto porque charlándolo, casi todos los días, yo encuentro que hay objeciones a esa igualdad en la ley. Cuando profundizo en el debate, la mayoría concluye que los derechos de una y otro no son idénticos. Cuestión que no está debatida en profundidad.
Otro tema es cómo se dice, los jueces hacen escritos inentendibles. Esto también es un principio republicano: Poder comprender.
La misoginia en la elaboración de las leyes es otro obstáculo. El tipo que agrega el “avenimiento” en la reforma del Código no lo pone gratis, no se le ocurrió a la mañana. Hoy ya no se habla de violación, se habla de abuso sexual más o menos ultrajante, si le toca la cola es abuso sexual, antes era abuso deshonesto; avenimiento es cuando ocurre una violación (Código viejo) lo que hoy es un abuso sexual agravado. En esos hechos, si la víctima “libremente” decide avenirse, queda sin efecto el delito completo. El autor, José Caferatta Nores es el autor de esa aberración, un tipo que tiene libros que se estudian. Carla Figueroa (joven pampeana asesinada tras ser aplicada la figura) me vino a dar la razón en mi negativa a incorporar esta barbaridad, se aviene por esta ley y termina muerta por 14 puñaladas por el tipo que la había violado. De los tres jueces, dos decidieron que se case. Denuncian al juez que queda y hacen un Juri, esto termina que una sola legisladora mantiene el Jury, y el resto se desdicen y además, persiguen al Procurador. El asesinato de Carla Figueroa terminó con escándalo, se sacó la figura legal, pero no se sacó de la mente de estos hombres, el motivo que permitió que se aprobara no hace mucho tiempo sigue allí. ¿Conocen el chiste? le preguntan al abogado cuánto es dos más dos y pregunta ¿cuánto querés que sea? Con la norma pasa esto, cuando en la reforma cuando pusieron “por cualquier vía”, la mayoría de los jueces de la Argentina consideraban que el sexo oral no era considerado violación. Ustedes, mayoría de mujeres, no tienen dudas de que es una violación. Los varones no. Las normas no fueron concebidas por empatía… Los antiguos persas, para condenar a un juez corrupto, tapizaban su sillón tras despellejarlo. Yo no estoy diciendo que haya que hacer algo parecido (risas). Sentarte en ese sillón te hace pensarla 14 veces. Yo creo que hay que tener empatía también con el acusado porque si no tampoco se puede hacer este trabajo, porque víctima y victimario son humanos, no objetos. Eso quería decir cuando hablaba del debido proceso.
Volvamos a los obstáculos, hay que dejar planteado una vez más que si tenemos una mujer víctima de violencia en el ámbito privado, igual el abuso infantil, hay una razón ideológica para hacer de esa víctima, también una víctima de violencia institucional por parte de un juez, de un fiscal. Eso es grave, el Estado le da a estos tipos el poder de decidir. Los jueces tienen una ideología, un cristal con el que interpreta lo que pasó, cada sentencia se construye a partir de la subjetividad y actuamos en consonancia con ella.
¿Cómo piensa este juez? ¡Es necesario hacer esta indagación antes de que sea nombrado! Por favor, seleccionen gente que no nos tengan hablando de estas cosas. ¡¿Cómo puede ser que haya hombres jueces que dicen que los espermatozoides caminan hacia una nena de 10, 11 años?! Hay que nombrar buena gente, hay que hacer un esfuercito.
Preguntas del auditorio:
- ¿Qué pasa en las universidades, hay cambios?
- Rozanski: Las universidades están atravesadas por todo esto que hablamos. Un punto muy importante. Soy altamente optimista. Convengamos que la justicia es una corporación conservadora y reaccionaria, convengamos que el cuerpo de académicos muchas veces se nutre de ellos; convengamos que el ámbito de los abogados (los tres que participan en el consejo de la magistratura) también. Hubo un debate, para que la elección de estos tipos fuese de voto popular, yo estaba entusiasmado con la iniciativa. Bueno, la Corte decidió que era inconstitucional.Entonces, ¿Quién nos garantiza entonces que esos elegidos por la propia corporación sean parciales? Y hablo de las carreras de Derecho, de Comunicación Social que tiene un rol importantísimo en estas transformaciones.
- Los jueces no conocen la CEDAW, son pocas las cátedras de derecho internacional público que la enseñan. Tampoco saben que la violencia sea una violación de derechos humanos y una situación de discriminación, tampoco hay perspectiva de género en la carrera. Cuesta muchísimo, el trabajo por hacer es bestial. Hay una desconexión entre violencia y discriminación, eso quiere decir que todavía no se entiende.
- Rozanski: La razón para que no se de ese vínculo tiene que ver con quién enseña y esto tiene que ver con la corporación. Las escuelas judiciales…vayan a ver los programas…Yo participé acá, voy inocentemente para participar, para opinar cuál podía ser nuestro aporte. Yo había escrito un montón, pero a mí no me invitaron al momento de las decisiones. Me di cuenta que había perdido el tiempo, y que lo que se estaba buscando no era que la escuela judicial sea un espacio de transformación en el sentido que hablábamos hoy. Hay un mandato corporativo que hace que los mismos que enseñan en la facultad son los mismos que sostienen este sistema que tiene una visión masculina, discriminadora. Y eso se va a mantener un tiempo. Psicología de la UBA, con toda su historia, lo único que tenía de abuso era en posgrado con Jorge Corzi, con el que terminó preso.
- Con la duda que me quedo es ¿qué recursos tenemos como ciudadanos para exigir a la justicia? Por el acceso, la celeridad. No se denuncia por el accionar de la justicia. Y cuando vamos a protestar nos hacen ver como unas “locas” ¿hay otro camino de denuncia?
- Rozanski: No creo (risas). Lo que pasa es lo siguiente. Si hubiera otro camino, la problemáticas sería menos compleja. Es importante recordar el tiempo del Terrorismo de Estado ¿se acuerdan que a las madres y a abuelas les decían “las locas”? Hay prescripción de causas, lo que indica que hay plazos y que hay que recurrir a métodos para impedir que esas dilaciones terminen en cajonear causas. Necesitamos todos los días buscar nuevos caminos para que la impunidad no sea la respuesta. No hay otro camino que la militancia, incluido dentro de la justicia sin morir en el intento, como yo aprendí cuando me infarté aquí en Bariloche, infarto que sentí era el síntoma de lo que sentía, creía que había fracasado. Después tuve tiempo de pensar lo que había sucedido. Tienen que formar redes con sentido tridimensional, no puede pasar como el procurador de La Pampa que por criticar lo indefendible casi le cuesta el cargo, o los docentes que denuncian abuso y son castigados.
- Simbólicamente una de las acciones más potentes de Hijos es el escrache, despellejamiento simbólico. Una doble impunidad, el de la víctima y el que permite la sociedad hacia esa víctima. Soy optimista en relación a la participación social que hace visible la denuncia. Nosotros tenemos defensorías oficiales y fiscalías, y las defensorías no atienden causas de tipo matrimonial. Me ha pasado de consultar a fiscales, en situaciones reiterativas, por ejemplo un hombre con 6 causas de violencia ¿Por qué no le hacemos una demanda civil por daños y perjuicios? ¿En otros lugares se hace la demanda civil?
- Rozanski: Hay personas que tienen dinero y son violentos, hay jueces violentos, jueces violentos en actividad, jueces abusadores y las mujeres de esos jueces han tenido un camino tan difícil, no encuentran quién les tome la denuncia. Si ni siquiera encontrás quién te tome una denuncia de algo grave, la alternativa que planteas es buena, pero junto con todas las otras. O sea, como parte de algo integral. Reivindico el escrache, es necesaria la acción social. Fíjense lo que pasó cuando una cámara le dio una domiciliaria a un abusador defendido por sus amigos, salió un grupo de vecinos más grande que denunció no querer convivir con ese tipo, nadie les dio bola. Yo escribí una nota titulada “Dinosaurios”, ¿se acuerdan del buen vecino Priebke? Entonces, hay un grupo importante de la sociedad que no está dispuesta a tolerar violencia de género, que tiene mucho para aportar, que es un sector que debiera sumar recursos para que esa víctima esté contenida. Hay una responsabilidad enorme en el Poder Judicial. Sabiendo que van a tildar a esa mujer de perseguir un interés económico, la única forma de contrarrestar eso es que venga con un paquetito armado. Ese paquetito incluye todo, el escrache y echar mano a todo lo que esté a nuestro alcance para reparar. Algo importante y no lo suficientemente estudiado es el señalamiento malicioso, el cuestionar el equilibrio emocional de las mujeres víctimas. ¿Se acuerdan de las locas de Plaza de Mayo? Esto es importantísimo, lo quiero dejar planteado de modo explícito. Tratar de loca a la denunciante es inequívocamente parte de la estrategia y no se trabaja en desarticular esa estrategia, hay que trabajar en desenmascararla. Yo las titulé “estrategias destructivas”. En este tema, violencia de género y abuso infantil, hay estrategias destructivas puntuales como esta y el SAP, todavía no encontramos respuestas que la contrarresten. Es brutal pero la estrategia de desprestigiar a la denunciante funciona, si el tipo tiene plata maneja peritajes para desacreditar a la víctima. Apuntan a fabricar pruebas, buscan quebrarte. Anticiparse a este tipo de descalificación. A denunciar a un perito de parte cuando se instala en este tipo de imaginarios sociales que avalan esto. Es tal el trabajo que se trata casi de una profecía autocumplida, tienen a las mujeres años tocando puertas en tribunales, hasta que las desquician. Hay que trabajar mucho en este aspecto.
(Foto Eugenia Neme)