El 8 de marzo tiene una trascendencia enorme para las mujeres. Por un lado está el histórico Día Internacional de la Mujer Trabajadora y, por el otro, el sexto paro internacional de mujeres. Ambos temas se entrecruzan y generan dudas sobre su legitimidad para algunos sectores de la sociedad, que todavía no aceptan las reivindicaciones feministas.
Por eso, me parece importante que ilustremos correctamente antes y durante ese mismo 8M, cuáles son los antecedentes, las luchas, las conquistas y los slogans que hacen que el 8M sea un día atravesado por la unión de las mujeres del mundo en el reconocimiento de sus derechos hacia una sociedad más igualitaria y con equidad de género.
El orígen de este día se remonta al año 1908, cuando fueron carbonizadas 129 costureras de una fábrica en Estados Unidos en respuesta a una huelga que llevaron adelante para reclamar por las condiciones laborales. Desde ahí, las mujeres decidimos plantarnos frente al mundo machista y año tras año realizamos acciones que visibilicen nuestra lucha.
Hace cinco años -el 8 de marzo de 2017- se llevó a cabo el primer Paro Internacional de Mujeres (conocido bajo el hashtag #8M), un acontecimiento extraordinario de paro y movilización. De allí, cada año todas las mujeres se ausentan de sus trabajos para realizar actividades que concienticen y que nos unen en nuestro reclamo que, con los años, se hizo a nivel mundial.
Lejos estamos de que nuestro reclamo esté solucionado. Por el contrario, todos los días vemos situaciones de violencia de género explícitas en muchos ámbitos de la vida, y muchos otros implícitos que están vinculados con la cultura machista que continúa arraigada en nuestra sociedad.
Es por eso que en cada oportunidad, las mujeres alzaremos nuestra voz en búsqueda de soluciones concretas y políticas públicas que nos permitan erradicar la violencia de género de nuestra sociedad.
Hoy me toca ocupar un lugar de gran relevancia para la comunidad barilochense. Estoy defendiendo los derechos y garantías de toda la comunidad y, en particular, de todas las mujeres. Todas son recibidas, atendidas y nos ocupamos especialmente de buscar una solución a sus problemáticas.
Además, tenemos varios proyectos para poner en marcha en el transcurso de mi gestión. El primero, que lanzamos el año pasado, es la Genealogía de las Mujeres Ausentes donde estamos recopilando la historia de todas las víctimas de femicidio en Bariloche.
Mi tarea estará hecha cuando, al finalizar la gestión, todas y cada una de las mujeres que se acercó a la Defensoría del Pueblo, digan que fueron recibidas y que nos ocupamos de ellas. Ese es mi deseo, y es mi compromiso con la sociedad.
Dra. Analía Woloszczuk
Defensora del Pueblo de Bariloche
Foto: mural exhibido en la muestra «Bardx Gráficx», en la ciudad de General Roca, en septiembre de 2021.